Un portal web estadounidense ha denunciado que la compañía Microsoft ha modificado la política de confidencialidad del servicio “Skype”, para hacer posible una colaboración más estrecha con los órganos del orden público, tanto desde el punto de vista técnico, como desde el jurídico.
Según el sitio Web Slate, esta empresa norteamericana ha decidido permitir a los servicios especiales “escuchar las conversaciones y leer las correspondencias de sus usuarios”.
Según el punto tres de la política de confidencialidad de Skype, el servicio y sus socios pueden “suministrar los datos personales, el contenido de las conversaciones y los datos de los usuarios en respuesta a una demanda legal del Poder Judicial o de los órganos del orden público”.
Igualmente, los mensajes instantáneos enviados por los usuarios se conservarán en el sistema durante 30 días, si los órganos competentes no solicitan un plazo distinto de almacenamiento.
Durante varios años, Skype ha sido uno de los pocos servicios que hacían casi imposible la intercepción de las conversaciones de los usuarios gracias a diferentes mecanismos del cifrado de datos. No obstante, hace unos meses se filtró información sobre las modificaciones de la arquitectura de Skype que estaba realizando Microsoft.
Por su parte, los representantes de Microsoft sostuvieron que la compañía busca mejorar el producto mediante estos cambios y que el hecho de que intentan dejar las escuchas a manos de los servicios públicos es “infundado”.
En mayo del 2011, Microsoft autorizó la tecnología de “una intervención legal” que permite a los órganos del orden público interferir las conversaciones de los usuarios e interceptar el contenido que intercambian sin que se den cuenta de ello.
En aquel tiempo, los altos cargos de la compañía estadounidense se negaron a contestar a la pregunta sobre si dicha tecnología se aplicaría a Skype.
En el marco de una supuesta “guerra global contra el terrorismo”, países como Estados Unidos, Australia y algunos europeos quieren restringir las libertades personales y la confidencialidad de la información que circula a través de la web, con la cooperación de las grandes corpraciones.
Empresas como Google, Facebook y Yahoo! han dado permiso a Washington para espiar a los usuarios y recabar datos sobre sus costumbres.
Desde entonces, Skype ha estado bajo mucha presión para permitir la interceptación de llamadas, por contar con 663 millones de usuarios registrados, según el reporte de 2011.
Según el sitio Web Slate, esta empresa norteamericana ha decidido permitir a los servicios especiales “escuchar las conversaciones y leer las correspondencias de sus usuarios”.
Según el punto tres de la política de confidencialidad de Skype, el servicio y sus socios pueden “suministrar los datos personales, el contenido de las conversaciones y los datos de los usuarios en respuesta a una demanda legal del Poder Judicial o de los órganos del orden público”.
Igualmente, los mensajes instantáneos enviados por los usuarios se conservarán en el sistema durante 30 días, si los órganos competentes no solicitan un plazo distinto de almacenamiento.
Durante varios años, Skype ha sido uno de los pocos servicios que hacían casi imposible la intercepción de las conversaciones de los usuarios gracias a diferentes mecanismos del cifrado de datos. No obstante, hace unos meses se filtró información sobre las modificaciones de la arquitectura de Skype que estaba realizando Microsoft.
Por su parte, los representantes de Microsoft sostuvieron que la compañía busca mejorar el producto mediante estos cambios y que el hecho de que intentan dejar las escuchas a manos de los servicios públicos es “infundado”.
En mayo del 2011, Microsoft autorizó la tecnología de “una intervención legal” que permite a los órganos del orden público interferir las conversaciones de los usuarios e interceptar el contenido que intercambian sin que se den cuenta de ello.
En aquel tiempo, los altos cargos de la compañía estadounidense se negaron a contestar a la pregunta sobre si dicha tecnología se aplicaría a Skype.
En el marco de una supuesta “guerra global contra el terrorismo”, países como Estados Unidos, Australia y algunos europeos quieren restringir las libertades personales y la confidencialidad de la información que circula a través de la web, con la cooperación de las grandes corpraciones.
Empresas como Google, Facebook y Yahoo! han dado permiso a Washington para espiar a los usuarios y recabar datos sobre sus costumbres.
Desde entonces, Skype ha estado bajo mucha presión para permitir la interceptación de llamadas, por contar con 663 millones de usuarios registrados, según el reporte de 2011.
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